Es el hombre más perfecto que he conocido, pero algo está... mal.
Al principio no lo veo. Todo lo que veo es el magnífico hombre de ojos oscuros y pelo largo y esa inusual barba azul. Los piercings y los tatuajes, la hermosa sonrisa. Sólo puedo concentrarme en la forma en que me toca, en el sonido de su voz en mi oído, en la vida perfecta a la que me arrastra.
Al principio se lo oculto. El hecho de que... creo que estoy perdiendo la cabeza. Que sigo viendo algo que acecha en las esquinas de las habitaciones, sigo oyendo una voz terrible que murmura en la oscuridad de la noche, sigo viendo ojos blancos que me observan en la oscuridad.
Algo me persigue. Me atormenta. Intentando arruinar esta vida perfecta que ahora tengo con Theo, así que hago lo posible por fingir que todo está bien. Que no me aterra estar perdiendo la cabeza, o que un demonio está acechando los pasillos cada noche tratando de... atraparme.
Hasta que ya no puedo fingir más. Hasta que me doy cuenta de que el monstruo de mis pesadillas y mi perfecto y cariñoso novio no son tan diferentes después de todo.
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