Dicen que nunca se olvida el primero.
Jagger Cruz, el popular, hermoso, atlético, rompecorazones, fue mi introducción a las aventuras universitarias.
A lo largo de los años, he tratado de no prestar atención a todos los rumores malvados que escuché sobre él, aunque en el fondo sabía que no eran solo rumores. Incapaz de enfrentar las consecuencias de lo que habíamos hecho, si alguna vez estuviéramos en lugares cerrados, corrí en la otra dirección. Si por coincidencia terminábamos en la misma clase, la dejaba.
Evitar era el nombre del juego y hasta ahora estaba ganando.
Eso es, hasta que nos asignan el mismo apartamento.
Vivir con Jagger durante mi último semestre definitivamente no estaba en mis planes, pero estoy decidida a que funcione. Mientras no lo mire por mucho tiempo o deje que sus insinuaciones me molesten, debería estar bien, ¿verdad? Tengo que estarlo.
Dicen que ligar con tu compañero de cuarto puede ser complicado, y perder mi corazón por Jagger sería desastroso.
