Como cazarrecompensas, estoy acostumbrado a encontrar a los malos que se saltan la fianza. Pero cuando encuentro a una joven inocente que no recuerda quién es ni de dónde viene, no puedo dejarla ir. Bunny es el pedazo de cielo más dulce que he conocido, y rápidamente me doy cuenta de que no puedo vivir sin ella.