#0.5
Una noche en Las Vegas. Una oportunidad para una segunda oportunidad.
Cuando me enamoré de Brinley Knox, ella era la hija mimada de la familia más rica de Orchid Valley. Yo era el huérfano problemático, traído a la ciudad para encontrar el camino recto.
Ella era la princesa de la casa. Yo era el ayudante contratado.
Ella era la hija perfecta. Yo era el cuento con moraleja.
Éramos lo suficientemente jóvenes como para pensar que podíamos vencer las probabilidades. Lo suficientemente ingenuos como para pensar que el mundo daría cabida al amor verdadero. Ninguno de los dos estaba preparado para el amargo frío de la realidad.
No la he visto en diez años. Hasta esta noche.
Cara a cara con una mujer que debería ser una desconocida, reconozco el corazón de la chica a la que nunca dejé de amar.
Ella me da una noche. Me lo juego todo para que sea más.
#1
No todos los días te invitan a la boda de tu mujer... como invitado.
La primera vez que vi a Brinley Knox, estaba llorando, envuelta en un ridículo vestido de tul rosa para sus dulces dieciséis años, y maldiciendo al chico que había roto su corazón.
Era la ayuda contratada, un caso de caridad adolescente.
Era la hija de la familia más rica de Orchid Valley.
Sabía que una chica como Brinley estaba fuera de los límites. Eso no me impidió besarla. O de prometer que si alguna vez era mía, nunca la dejaría ir.
La última vez que vi a Brinley, estaba durmiendo, enredada en las sábanas de mi penthouse de Las Vegas, con mi diamante brillando en su dedo.
Volví tres horas más tarde y me encontré con una cama vacía, el anillo en el tocador y una nota de despedida.
No hemos hablado en los seis meses transcurridos desde entonces, pero no soy el tipo de persona que solicitaría un divorcio que no quiere.
Hasta que recibí esta maldita invitación, nunca se me ocurrió que
Brinley no recordara nuestras impulsivas nupcias en Las Vegas.
Es hora de volver a Orchid Valley y recordarle a la futura novia que soy un hombre que cumple sus promesas.
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