Para conseguir lo que quiere, tendrá que jugar una partida de billar sucio.
Michel Marcello nunca quiso ser un mafioso como todos los demás hombres de su familia, quería ser más. Eso no significa que no esté familiarizado con la vida, o que no pueda enfrentarse a otros hombres hechos.
Olvidaron de dónde venía...
Su encuentro casual con la ardiente y hermosa hija del más notorio jefe de la mafia irlandesa de Detroit aviva las llamas más allá de las que se encienden entre Michel y Gabbie Casey. Los rivales no deberían mezclarse, pero estos opuestos nunca han sido tan atraídos.
Las líneas entre la lealtad familiar, sus deberes y la responsabilidad comienzan a desdibujarse.
El amor lo arruina todo.
Pero estos dos no son los únicos que juegan a este juego, y se ha vuelto mucho más peligroso salir con vida.