Al principio, Addi no reconoce al motociclista barbudo y tatuado con el que discute durante los preparativos para el funeral de su tío, pero luego los ojos del bruto con el pecho desnudo lo delatan. Es Drew, el primer chico al que besó, ahora crecido y amenazando con llevarla por encima de su rodilla si no controla su temperamento. Debería odiarlo, no tardará mucho en tenerlo en sus brazos...
Drew no acepta un no por respuesta. Intenta proteger a Addi de su padre y de su propia conducta imprudente, aunque eso signifique desnudar su trasero y darle una paliza hasta que aprenda a obedecer a su papi. Pero hacerla suya significa ponerla en peligro, y una vez que la haya reclamado, tendrá que estar más alerta que nunca. ¿Hasta dónde estará dispuesto a llegar para proteger a su pequeña?